Aumento Mamario

 

El deseo natural de tener buen aspecto y agradar hace que aquellas mujeres cuyos pechos no se ajustan a su propio ideal estético se sientan incómodas. La mamoplastia de aumento es una técnica de cirugía de las mamas destinada a mejorar el volumen y la forma del pecho femenino que le ayudará a sentirse mejor consigo misma.

Normalmente se someten a esta intervención aquellas mujeres que se sienten insatisfechas porque sus pechos no se han desarrollado con el tamaño que ellas esperaban. También se aconseja la mamoplastia a pacientes que quieren igualar las dos mamas por tener una más grande que la otra, o que pretenden restaurar el volumen natural de sus senos reducido a causa de un embarazo, a pérdidas de peso o debido a la edad. Este tipo de cirugía aporta soluciones específicas para cado caso.

Procedimiento

 

La mamoplastia de aumento es una técnica quirúrgica que consiste en la implantación de una prótesis bajo la glándula mamaria o la fascia del músculo pectoral. El cirujano decidirá el lugar más conveniente dependiendo de su anatomía y del volumen de la mama existente. Generalmente se implanta por debajo del músculo para que la prótesis tenga más cobertura por los tejidos propios del cuerpo.

El procedimiento consiste en realizar una pequeña incisión en la areola o, en casos muy excepcionales, en el pliegue bajo el pecho o en el surco de la axila. Generalmente se utiliza la primera vía ya que permite un buen abordaje y la cicatriz queda perfectamente disimulada. Una vez colocado el implante, se sutura la incisión y se colocan unos drenajes que permanecerán por espacio de 24 horas. Le serán retirados antes de darle el alta.
Como resultado de la operación, puede notar una perdida transitoria de la sensibilidad de la zona que normalmente irá recuperando totalmente de manera paulatina y progresiva.
La duración de la intervención es de una hora aproximadamente.

Hospitalización

La paciente permanecerá dormida durante toda la operación, lo que permite una mejor relajación muscular y por consiguiente facilita la labor del cirujano.

 

Anestesia

Para la cirugía de aumento mamario es aconsejable utilizar anestesia general.

Preoperatorio

Como en todas las intervenciones, es imprescindible realizar un examen médico previo para detectar cualquier posible anomalía que pudiera contraindicar la operación. El aumento mamario mediante la colocación de implantes es una técnica minuciosa, por lo que requiere una correcta evaluación de cada caso particular para adecuar el resultado final a los deseos de la paciente. Entre otros factores, se analiza el volumen, la proyección, la constitución física y la calidad de la piel.

A partir de esta evaluación primaria, se define el tipo de prótesis y el volumen que mejor se adapte a sus expectativas. Normalmente se aconseja utilizar una prótesis cuyas dimensiones correspondan a las medidas de la mama natural y que permita llenarla de manera normal.

Para escoger el tamaño del implante con exactitud y establecer las dimensiones idóneas, se miden la longitud, altura y proyección deseada. También se pueden realizar pruebas de volumen con la paciente, rellenando el sujetador de la talla que se quiere obtener.

Si toma habitualmente algún tipo de medicación, tanto el cirujano como el anestesista le indicarán los pasos a seguir.

Cuidados posteriores

Tras la cirugía, llevará un vendaje compresivo que se retira al siguiente día -al mismo tiempo que los drenajes-, y se cambia por un sujetador especial que permite mantener la prótesis en el lugar deseado para evitar en lo posible la aparición de hematomas y colecciones líquidas. Los puntos de sutura se retiran a los siete días.

Una vez colocadas las prótesis y transcurrida una semana desde la operación, es aconsejable la aplicación de masajes suaves, los más recomendables son los masajes linfáticos. El cirujano le explicará la forma de hacerlos y su intensidad. También es importante mantener hidratada la piel, aplicar aceite de rosa mosqueta en las cicatrices una vez retirados los puntos y protegerlas del sol hasta un año después de la intervención. En la actualidad, para la comprensión de la cicatriz se utilizan láminas de silicona o poliuretano que deberán llevarse bastante tiempo. Aún así, hay que tener en cuenta que la cicatrización depende de varios factores personales y de cada piel. Para poder valorar su evolución, debemos dejar pasar varios meses. Si transcurrido ese tiempo la cicatriz presenta un aspecto rojizo o pigmentado, entonces podría tratarse con láser o micropigmentación. El cirujano recomendará los cuidados más adecuados para cada caso particular.

Durante el primer mes, es conveniente no dormir boca abajo y utilizar un sujetador sin aros, tipo deporte. Durante las dos o tres primeras semanas es recomendable dormir con él. Su uso hará que se sienta más cómoda y le aliviará algo las molestias provocadas por la hinchazón. Transcurrido este tiempo, podrán utilizarse los de costumbre, incluidos los de aros.

Cuando salga de la clínica, podrá iniciar sus actividades normales con cuidado de no efectuar movimientos forzados con los brazos, arcos de movimiento bruscos y exagerados, y evitando cargar objetos pesados. Podrá viajar al día siguiente de la intervención teniendo en cuenta que durante la primera semana deberá regresar a la consulta para los controles postoperatorios.

Una semana después de la mamoplastia podrá depilarse las axilas. Durante los primeros diez días son más recomendables las duchas rápidas que el baño para evitar al máximo el contacto del agua con las cicatrices. El ejercicio físico y levantamiento de peso puede reiniciarse de manera progresiva al mes de la cirugía.

Por lo que respecta a la vida laboral, su reincorporación dependerá del tipo de trabajo que realice. Si el trabajo es de despacho o similar, podrá incorporarse al segundo día después de la intervención. Para trabajos que exigen movimientos o esfuerzos que afectan al pecho, como por ejemplo masajista, peluquera, etc., es conveniente esperar que pasen de 7 a 10 días.